Hay un amplio porcentaje de enfermedades metabólicas que, a pesar de tener un origen genético, la alimentación equilibrada juega un papel preponderante en su prevención o agudización de las mismas. Como no podemos separar el todo de sus partes, la visión, también se ve influenciada por las vitaminas, los minerales, las proteínas de los alimentos. Para un correcto desarrollo de su anatomía-fisiología o agudización.
En Optometría como área de atención primaria y prevención de la salud es común encontrar entre los antecedentes de nuestros pacientes diagnósticos de enfermedades sistémicas y metabólicas, muchos de ellos no llevan un control médico ni alimenticio o estilo de vida saludable, ya sea por factores de riesgo, hereditarios o de estilo de vida.
Entonces nos preguntamos, cómo estas condiciones de salud pueden afectar nuestro sistema visual y generar múltiples alteraciones visuales, desde funcionales hasta orgánicas.
A continuación, conoceremos algunas afecciones visuales y oculares que presentan los pacientes con dos de las condiciones sistémicas más frecuentes:
Diabetes: Es una enfermedad que afecta la capacidad del organismo de usar y almacenar glucosa. Se caracteriza por concentraciones elevadas de azúcar en la sangre, sed excesiva y aumento de la excreción de orina, así como cambios en los vasos sanguíneos del cuerpo. La diabetes perjudica muchos órganos del cuerpo, principalmente los ojos, ya que puede dañar cinco de sus estructuras: retina, córnea, humor vítreo, cristalino y nervio óptico. La retinopatía diabética es la segunda causa de ceguera en el mundo.
Conjuntamente se puede presentar el glaucoma, las cataratas, alteraciones corneales por perdida de sensibilidad, parálisis oculomotoras y alteraciones refractiv.
Hipertensión: Es una enfermedad muy común, que no produce dolor ni avisa (llamada “amenaza silenciosa”) con ninguna otra molestia física y que en todo el mundo afecta entre el 20% y el 40% de los adultos entre 40 y 65 años, y casi al 60% de las personas de más de 65 años. Acorta la expectativa de vida. Puede ser hereditaria o estar producida por un estilo de vida poco saludable (estrés, tabaco, exceso de alcohol, sobrepeso). A veces coexiste con otros factores de riesgo cardiovascular como la diabetes, el colesterol elevado u obesidad.
Esta enfermedad afecta a nivel ocular, produciendo la retinopatía hipertensiva, en la que la presión sanguínea alta puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos de la retina. Tiempo y duración son dos cifras que cuanto más altas sean las mismas, más pueden dañar los vasos. Al principio, los síntomas apenas son perceptibles, en casos avanzados la posible inflamación del nervio óptico y la afectación de la mácula hacen de dicha enfermedad una amenaza para la visión y calidad de vida del paciente y donde un control exhaustivo por parte del especialista oftalmólogo es crucial para prevenirla en los casos predisponentes, o bien prever consecuencias fatales en los que la padecen.
Referencia bibliográfica:
Moix, E. Pérdida de agudeza visual unilateral aguda “plus” (asociada a otros signos oculares). 2021.Oftalmología y sociedad. 29 (4). pp. 658-675.