Después de esta pandemia, las instituciones y empresas de servicios de Salud buscan contar con profesionales técnicos que desafíen y se adapten a un entorno más dinámico y globalizado; por tales motivos, es muy importante que los profesionales técnicos en Salud, manejen la competencias tecnológicas-híbridas y comerciales con el objetivo que les permitan ser competentes y asumir nuevos roles. Por ejemplo, actualmente las enfermeras técnicas revisan indicaciones medicas en las historias clínicas electrónicas; los técnicos en Prótesis Dental deben desarrollar la capacidad del diseño gráfico y scan dental para sus diseños requeridos, con mayor precisión. Los técnicos en Laboratorio ahora pueden enviar resultados de análisis por mensajería instantáneas por ejemplo, debemos sumar también que hoy en día muchos profesionales técnicos desarrollan sus competencias comerciales de la venta y difusión de sus servicios por diferentes canales digitales.

Las competencias tecnológicas-híbridas deben fortalecerse con las competencias generales. Estas competencias generales permiten al profesional técnico aplicar todos sus conocimientos de acuerdo a su realidad y contexto. Con el fin de solucionar la atención de salud del paciente, la familia y la sociedad; así mismo identificar, planificar y solucionar problemas. Las competencias laborales permitirán un manejo de las comunicaciones y tecnologías de información evidenciadas hoy en día en las redes sociales, plataformas virtuales. Un profesional técnico con este conjunto de competencias será a su vez una persona con valores, ética y con sentido de ciudadanía, las cuales son requeridas y muy valoradas en el sector productivo, permitiendo ampliar sus oportunidades de empleabilidad.

Esta pandemia, nos dejó una gran lección, la importancia de las habilidades blandas. Estas habilidades refuerzan las competencias laborales de los profesionales técnicos; recordemos que la Salud es un sector primordial en dicho manejo de habilidades, donde podemos destacar la empatía, el liderazgo y el asertividad para, una buena atención del paciente y hasta un buen clima laboral.

Por último, pero no menos importante, las competencias específicas, aquellas que el profesional técnico domina en su especialidad y área, deben estar a la vanguardia y al servicio de la comunidad, por ejemplo: salud preventiva, salud comunitaria, rehabilitación del paciente, protocolos de bioseguridad y normativas vigentes del sector Salud.

Todo este conjunto de competencias debe poseer un buen profesional técnico, para un óptimo desarrollo tanto profesional y humanístico, lo cual es requerido no solo por el mercado actual sino por la sociedad y aún más cuando salimos de una gran lección como fue la pandemia.

Referencia bibliográfica

Riquelme, E; Rivas, M; Riquelme, M. Criterios de empleabilidad en la educación técnico-profesional. Tensiones y retos en la especialidad salud, Araucanía, Chile. Revista Electrónica Educare. 2018. 22 (2). pp. 48-63.